Serpientes y escaleras - Decisión correcta
En opinión de Eolo Pacheco
En una semana difícil, la gobernadora perdió a un gran colaborador y recuperó a otro.
Decisión correcta
Unos días después del fallecimiento del doctor Juan Salgado Brito la gobernadora Margarita González Saravia tomó una de las decisiones más delicadas en lo que va de su administración: nombrar a un nuevo secretario de gobierno. La designación no era cosa menor, representaba el mensaje que su administración daba a la sociedad en un entorno de especulaciones sobre el presente y el futuro del estado. La mandataria sorprendió a todos al colocar al fiscal Edgar Maldonado como nuevo encargado de la política interna. El reto del secretario es no ser un florero.
Sustituir la raigambre, la experiencia, oficio político y buen trato de Juan Salgado no es cosa menor, ni tampoco es algo que se logre con un solo movimiento administrativo. El anterior secretario o solo representaba institucionalidad y autoridad moral, también era un hombre con la sensibilidad y el carácter que exige la política real, la que se construye con diálogo y confianza.
Antes del anuncio oficial s especulaciones fueron intensas; algunos no esperaron siquiera a que el cuerpo de Juan fuera colocado en su última morada cuando comenzaron a barajar nombres de posibles sucesores, mostrando lo carroñera que pueden ser la política en momentos aciagos.
Entre los nombres que se mencionaron en los últimos días como opciones para ocupar ese espacio se habló de los exgobernadores Jorge Morales Barud y Marco Adame, también se habló del exdiputado federal Alejandro Mojica Toledo y por sí mismo se presentó el exsenador David Jiménez González. Al interior del gabinete algunos secretarios aseguraban que se ratificaría al encargado de despacho Miguel Ángel Peláez, porque así convenía a quien controlaba al gabinete. “Ya se decidió que fuera Alejandro Mojica”, me comentó unas horas antes una figura importante del equipo de gobierno estatal.
Sin embargo, la gobernadora optó por alguien a quien nadie tenía considerado, porque ocupaba ya una posición de primer nivel en el escenario político local: el fiscal Edgar Maldonado Ceballos. La decisión se dio a conocer el viernes por la mañana desde la cuenta oficial de la gobernadora, acompañada de una foto en donde aparecían los dos juntos, serenos, él mostrando el nombramiento y ella describiéndolo como un servidor público con visión y resultados.
Más allá del impacto mediático del anuncio, el nombramiento tiene un profundo sentido político; Edgar Maldonado no tiene ni la experiencia ni la raigambre de Juan Salgado, tampoco las cartas credenciales de otros aspirantes, pero en su lugar goza de algo que ningún otro personaje del gabinete actual y del escenario político tiene: un compromiso absoluto e inquebrantable con la gobernadora.
Por supuesto que muchos, si no es que todos los integrantes del gabinete, juran lealtad absoluta a Margarita González Saravia, presumen cercanía, influencia en ella y participación en la toma de decisiones. Curiosamente el único que nunca presume nada de ello es Edgar Maldonado, a pesar de ser una persona que goza de la absoluta confianza de la gobernadora.
Maldonado Ceballos es un hombre formado en la disciplina del servicio público, en la cultura del esfuerzo, que no cae en tentaciones económicas ni electorales y comparte de manera plena la visión de Margarita González Saravia en el servicio público y en la vida privada. Ninguno de los demás integrantes del equipo tiene esas cualidades, ninguno; para Edgar Maldonado y para Margarita González Saravia la política debe ser un instrumento de servicio y no de intereses personales.
Edgar representa, además, la lealtad genuina, ajena a intereses de poder, coyunturas de tiempo o tentaciones económicas; goza de una buena imagen pública, está exento de escándalos y tiene el reconocimiento general por ser, pese a su corta edad, un profesional con talento, sensibilidad y compromiso. Del primer círculo que rodea a la gobernadora es el único que no la traicionará y quien se mantendrá con ella más allá del 2030.
La designación del nuevo secretario de gobierno se presenta en un momento clave del sexenio, justo cuando la percepción de que el equipo de la gobernadora se había dividido en grupos y varios de sus integrantes se ubicaban en el ojo público por actos de corrupción. Maldonado Ceballos no juega en bandos, no se presta a agendas ocultas y su único objetivo es ayudar a que Margarita González Saravia tenga éxito en su gobierno. Esa relación de confianza y compromiso puede darle al gabinete la cohesión que hasta ahora no tiene.
Pero para que los objetivos se cumplan y la llegada del nuevo secretario de gobierno se traduzca en una mejora en el funcionamiento del equipo de gobierno es necesario algo más que compromiso y lealtad; si la gobernadora quiere que Edgar Maldonado sea un verdadero encargado de la política interna y no un funcionario más, es indispensable que se le regresen facultades a su oficina; él por su parte, debe tener el carácter para ser un funcionario clave y no un florero más en el equipo.
Mientras las atribuciones retiradas desde el gobierno de Cuauhtémoc Blanco para trasladarlas a la jefatura de la gubernatura no se le regresen a la secretaría de gobierno, la política interna del estado seguirá fragmentada y los resultados serán siempre parciales, porque su funcionamiento seguirá dependiendo de la voluntad personal de otra oficina.
En su nueva encomienda Edgar Maldonado Ceballos tiene tres retos inmediatos que no tienen que ver con la gobernabilidad, porque a pesar de las pocas herramientas que le dieron, Juan Salgado mantuvo una estabilidad consistente en el estado:
1- Erradicar a imagen de corrupción y falta de resultados que ha crecido rápidamente en torno al nuevo gobierno.
2- Borrar la idea de que el gabinete está dividido, que hay grupos que se mueven por intereses personales, funcionarios que trafican con el poder y que existe un poder tras el trono. Y:
3- Cambiar la percepción ciudadana sobre la manera como el gobierno se comunica y conduce frente a los problemas cotidianos.
Ninguna de las anteriores es tarea menor, Edgar Maldonado lo sabe porque esto se refleja en la evaluación que se ha hecho sobre el desempeño de la actual administración en lo que va del año. En nueve meses la confianza en el gobierno de Margarita González Saravia se ha erosionado y la tendencia que siguen las cosas es peligrosa. Sin presente no hay futuro para esta administración.
Por todo lo anterior la llegada del nuevo secretario de gobierno puede marcar el inicio de una etapa distinta en la administración, una en la que la política vuelva a ser el puente entre el gobierno y la sociedad, en donde cada cosa ocupe su lugar, en donde la evaluación del equipo sea por resultados y no por complicidades y a la gobernadora se le deje de vender una realidad distinta a la que ven el resto de los morelenses.
Con el nombramiento de Edgar Maldonado, Margarita González Saravia no solo eligió a un colaborador leal, también optó por la oportunidad de recomponer el rumbo, retomar los preceptos que han caracterizado su vida y fueron la razón por la que muchos confiamos en ella.
En el fondo, quiero pensarlo así, el relevo es una apuesta por la estabilidad en tiempos de desgaste y desconfianza. La decisión no pudo ser más acertada.
· posdata
Durante un año a la gobernadora le han dicho lo que quiere oír, no lo que necesita escuchar.
Si el desempeño del estado y su proyección política se basara en lo que cotidianamente le reportan, Morelos vive uno de sus mejores momentos, sin corrupción, sin crisis económica, sin conflictos internos, sin división en el gabinete, sin falta de resultados, sin subejercicio, sin carencia de medicinas, sin mochadas en las obras y por supuesto, sin inseguridad.
Si ese fuera el caso, la bonanza se reflejaría en el ánimo colectivo y consecuentemente en las mediciones que se hacen sobre desempeño gubernamental; si no es así, todo lo que se diga es falso.
La llegada de Maldonado Ceballos puede servir también para ello, para que exista una voz distinta al interior del gabinete, no discordante: sincera, franca, respetuosa, pero firme, que no engañe tratando de quedar bien, ni manipule con cifras e historias que no existen o no son como se cuentan.
Uno de los primeros retos del nuevo secretario está ahí, porque así ratificará su compromiso con Margarita González Saravia: informar, corregir y avanzar; de lo contrario lo que veremos será el dominó donde las fichas se mueven, pero el juego sigue siendo el mismo.
Hace muchos años no teníamos un gobernante con la sensibilidad, humanismo y compromiso de Margarita González Saravia, alguien cuyos valores individuales y visión de ver la política privilegian siempre el beneficio colectivo por encima de los intereses personales; dejar que ese valor se diluya o se pierda por las ambiciones de otros sería terrible. Y ya se está perdiendo.
En tiempos complejos como los que vivimos, callar es también una forma de traición.
· nota
La designación del nuevo secretario de gobierno generó cuestionamientos por la legalidad de su nombramiento; porque el fiscal tomó posesión antes de que el congreso aprobara su separación del cargo.
Recordemos que la designación de Maldonado Ceballos fue por nueve años, aprobada por el parlamento estatal; de la misma manera como al menos dos terceras partes de la cámara deben aprobar su designación, ese mismo porcentaje debe avalar su renuncia. ¿Se hizo así?
Esta también será una de las primeras operaciones que el secretario debe hacer: evitar que su cargo sea impugnado y encontrar la forma de corregir el error cometido.
· post it
El viernes pasado se suspendieron las intervenciones quirúrgicas en el hospital general José G. Parres de Cuernavaca; ¿el motivo? No había medicamento, material ni insumos para que se llevaran a cabo las operaciones.
Esto ocurrió en paralelo a las declaraciones del secretario estatal de salud que hablaba de que en los hospitales y centros de salud no había desabasto porque se tenía suministro de todo lo necesario para trabajar.
¿Entonces? Si el secretario confirma públicamente que hay medicinas y material para trabajar ¿por qué los empleados del hospital público más importante de la capital dejaron de operar bajo el argumento de que no tenían cómo atender a los cientos de pacientes que esperaban ser intervenidos? Alguien miente.
Y como siempre, los afectados de esta situación son los ciudadanos, porque sin importar cuál de las dos versiones sea la real, a ellos, a quienes estaban agendados para una operación, no los atendieron ese día bajo la excusa de que faltaba material para atenderlos.
Emular el sistema de salud de Dinamarca no ha sido lo mejor para los mexicanos.
· redes sociales
El nombramiento de Edgar Maldonado, por donde se vea, fue una excelente decisión de la gobernadora. Algo que, además, mostró que a pesar de lo que se dice, es ella quien manda en este gobierno.
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